Pongo un te amo, en la mesa de negociaciones.
Pongo un te amo, en la mesa de negociaciones.
Desperdiciar un minuto de amor por la pena cerrada de
soportar una hora de orgullo, es desairar al tiempo que nos puede obsequiar
abismos de noches infinitas en una sola vida, cargadas
de amaneceres que con solo desearlo volverán. La batalla entre
la valentía a ser el primero en pedir un beso a cambio de un perdón
y el orgullo de sepultar los deseos bajo la piel, solo nos quitan
segundos de disfrutar el paso del tiempo convertido en aventuras que se pasean
por la piel; amar es doblegarse ante el deseo de un beso, algo que nos empuja a
pedir perdón. Si el día y la noche a
pesar de no coincidir, en algún lugar se juntan para
darse un beso y el sol se aparea con la luna durante el eclipse, en una de las
tantas visitas que ella le hace durante el día; porque desperdiciar un
minuto en rencor. Siempre debemos poner un te amo en la mesa de negociaciones para
hacer las paces.
Derechos de autor: Juan Hernandez.
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